El Abuso de las Redes Sociales o La Banalización de los
Sentidos.
A Propósito del manejo de informaciones en el caso Emely
Peguero.
Por Manuel Rodríguez M.
Resulta prudente hacer un
análisis de todo lo acontecido en estas ultimas semanas en torno a todo lo que
gira sobre el caso de la joven Emely Peguero y todo el manejo dado por la mass media a dicha tragedia tanto en los
medios tradicionales como a nivel online, espacialmente en las redes sociales.
Haciendo un reconteo de
todo cuanto salió expuesto en las redes podemos decir que estamos ante el caso
más comentado y publicitado de todo el año e el país, más que Odebrecht o la
Marcha Verde inclusive, ya que algunas de estas informaciones tienen su
trasfondo político y sus intereses creados, no así en el caso de la joven
desaparecida, por tratarse de un hecho salido de la sinrazón. Vemos en este
aspecto particular que de buenas a primeras todo el país se mantuvo en vilo
cuando se enteró no del hecho en si, porque a diario desaparecen personas en
este pequeño país de 48 mil kilómetros cuadrados, sino porque luego de varios
días extraviada se apresa al principal sospechoso y oh Sorpresa! Era hijo de
una persona ligada al poder, al Gobierno, a un partido del sistema, funcionaria
para más señas. Y es aquí donde empieza a brotar el morbo, eso que va consumiendo poco a poco las neuronas
del ser humano y que como adrenalina extra nos produce empatía con un hecho
cualquiera y que a muchos dominicanos los hace interesarse en las cosas más
extrañas del mundo, que en otras circunstancias le serían apáticas.
Ese morbo es el que los
lleva a quedarse conectado por noches, en vilo, pegados al televisor o la radio
esperando ver o escuchar qué ha pasado con determinado personaje que ya de
tanto nombrarlo se le vuelve familiar. Ya no interesa el caso en si, sino el
destino de los personajes envueltos en cualquier hecho, convirtiendo de manera
automática en culpables a todo lo que huela a poder ya sea económico o
político, porque lo que se quiere al final es sangre, cual circo romano, donde
el emperador dejaba en manos del pueblo la decisión de salvar o no la vida del
gladiador vencido. En este caso, el pueblo siempre pedirá sangre a través del
morbo que nos convierte en verdugos tanto de víctimas como de victimarios.
Es así como opinamos de
todos los pormenores de la vida de los personajes envueltos en cada trama,
convirtiéndonos en espectadores participantes del hecho, llegándonos a sentir
en cierta manera, cercanos a los actores principales de cada drama.
Cómo se explica que
opinadores de toda laya, youtubers o simples manejadores de noticias no ya de
contenidos, que por el simple hecho de tener cuentas abiertas de Facebook, Instagram
o cualquier otra, empecemos a decir todo cuanto se nos venga en ganas sin
ningún tipo de consecuencias.
Aquí hemos visto como
personajes, seudo comunicadores de las redes, opinan de todo, hablan de todo,
llegando incluso a enturbiar las investigaciones serias de determinados casos
judiciales.
Ya nadie ayuda al herido
en las calles y carreteras, no, acuda a su móvil que por lo general todos
llevamos listo para plasmar cuanto pasa ante nuestros ojos. Mucha de la culpa
de este fenómeno la tienen algunos medios que llaman al público a reportar
sucesos acaecidos en su sector, sin ningún criterio en este sentido. No hay
filtro en las redes para poder eliminar imágenes ofensivas, crueles, invasivas de
la privacidad propia de los afectados o del decoro, eso que ya ni siquiera
sabemos dónde se ha ido, o imágenes simplemente carentes de calidad alguna para
ser publicadas. violatorias hasta de la dignidad de una persona muerta. Ni que
decir que se llega a la violación de varios artículos de la ley
Ahí tenemos el caso una
persona, que por creerse famosa, opinó de una manera tan banal en las redes
sobre el caso de la joven Emely que Facebook a solicitud de sus propios
seguidores se vio obligado a cerrarle su cuenta, debido a comentarios fuera de
lugar y abiertamente ofensivos. Nos creemos con el derecho de opinar quién es
culpable o no, qué debió hacerse o no. “La aldea Global” de la que hablaba
McLuhan en los años 70 que presagiaba la
sociedad de la información nos maneja cual títeres en un circo de pueblo.
Sabemos que estamos en una
época donde lo inmediato y la bagatela mental es lo que cuenta, como ha dicho
Vargas Llosa, vivimos en la era de la
Civilización del Espectáculo!
En otros países, España
por ejemplo, muchos de estos opinantes podrían ser enjuiciados bajo múltiples
cargos, peor claro, nosotros estamos a años luz de ver semejantes ejemplos de
manejo de la dignidad de las personas.
El autor es mercadólogo, publicista y comunicador. Con
diplomados en Redes Sociales, Manejo de Contenido en las Redes Sociales y
Marketing Online. Actualmente es director de Comunicación del Colegio Médico
Dominicano.
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