El mundo y la sociedad Dominicana no son como antes,
cambian continuamente, obligándonos a renovarnos y adecuarnos a las nuevas
realidades, a fin de enfrentar con éxito el gran desafío de construir una nueva
y diferente forma del quehacer político, que además, vaya en beneficio de los
ciudadanos representados.
Estamos obligados
en las elecciones venideras a elegir a los (as) mejores y más competentes
dirigentes o ciudadanos (as) a nivel
municipal, que conecten y sintonicen con
la sociedad, buenos (as) y competitivos
candidatos (as), que tengan mejor desempeño que los actuales ediles
municipales.
Naturalmente, los
partidos que como el PRM van a debutar con miles de candidaturas a nivel
nacional, en cada uno de los municipios y distritos municipales, al establecer
un perfil que le permita evaluar las condiciones de los (as) compañeros (as)
que se propongan para ser nuestros candidatos (as) a posiciones públicas o de
elección popular, deben hacerlo con objetividad, partiendo de la realidad y
condiciones propia de nuestro país, de nosotros mismos y de los partidos y
movimientos nacionales y locales; pero sin perder de vista la solvencia
política y moral, la hoja de vida y la capacidad de competencia.
Es cierto que
tanto la constitución de la República como la ley electoral No. 275-97, y La
ley que sustenta el Tribunal Superior Electoral No.29-11 no le exigen a los
(as) ciudadanos (as) preparación académica alguna para poder optar por una
posición electiva y, que solo la ley 176-07 del Distrito Nacional y los municipios
se refieren al caso, exigiéndoles a los munícipes, solo saber leer y escribir.
No obstante, el
Partido Revolucionario y Moderno o
Cualquier otra organización política que entienda que los munícipes merecemos
respeto, deben mostrar la diferencia y,
en ningún caso y bajo ninguna circunstancia debe colocarse en desventaja antes
las ofertas electorales presentada por las demás fuerzas políticas.
El partido debe
estar a la vanguardia, siempre con las mejores propuestas y presentar a sus
mejores dirigentes, hombres y mujeres capaces y competentes, que además, de
tener una preparación mínima de bachiller deben tener basto conocimientos de
las funciones del puesto al cual aspiren.
Pero más aun, el
partido Revolucionario y moderno no puede ni debe darse el lujo de elegir a
tránsfugas y personas con historial de oportunista, de saltarines de la
política, porque dañaríamos la imagen de solvencia política y moral
desprestigiando mas el quehacer político.
Por lo contrario,
debemos empeñarnos en prestigiar cada vez más el rol de los (as) políticos (as)
y su quehacer, olvidándonos de las practicas del clientelismo y las malas mañas
políticas, exigiéndole que así como invierten tiempo forjando su liderazgo, también
lo inviertan en preparación académica, exigiéndoles a nuestros líderes más
responsabilidad y mejor preparación, ya que la sociedad cada día es más
exigentes para con las personas que lo va a representar.
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