César Medina
lobarnechea1@Hotmail.com
Parecería que al
senador Félix Bautista no lo llevaron a la Justicia sino a una diabólica
inquisición donde tenía que ser condenado obligatoriamente al patíbulo moral
junto a toda su descendencia y confiscarle no sólo sus bienes sino también los
de sus amigos, de sus conocidos, de sus aliados políticos…
… Porque así es
que suele actuar la hipocresía perversa que se aposenta en algunas instancias
de la sociedad dominicana para dar riendas sueltas a sus bajos instintos a
través del anonimato que les agencian las redes sociales o asumiendo poses
trasnochadas de una ética que jamás han ejercido.
Ha quedado en
evidencia que el propósito no era determinar si Félix era culpable o inocente
de mil acusaciones degradantes, sino presentarlo ante el país como un
delincuente al que había que condenar sin apelación… El asunto no era
enjuiciarlo, era crucificarlo.
Entendían que de
esa forma se aniquilaba al jefe político de Félix Bautista, que no es otro que
Leonel Fernández, cuya cabeza quisieran mostrar sangrante en el parque de Las
Liras como en los “juicios populares” aquellos donde exhibieron su imagen con
los colmillos de Drácula. Pero como el juez Alejandro Moscoso Segarra desestimó
las acusaciones por abundar en vicios y carecer de elementos probatorios, se ha
desatado ahora una campaña brutal contra la Suprema Corte de Justicia. Porque
el fin, repito, no era enjuiciar a Bautista sino aniquilar a Leonel para llevarse
al PLD…
Primero… ¡el plan
A!
La idea ha sido
siempre sacar al PLD del poder bajo la acusación perversa de que se trata de
una “corporación mafiosa”, y para ello el chivo expiatorio ha sido Félix
Bautista, figura cercana a Leonel, secretario de organización del partido y
activista incansable, sin vicios, sin vacaciones…
Por eso los
primeros en “condenar” la sentencia absolutoria del senador sanjuanero fueron
Hipólito y Abinader, ambos aspirantes al poder, lo mismo que el inefable
Guillermo Moreno, que lleva años buscando crecer enfermizamente sobre los
escombros de Leonel.
El “plan A” era
evidenciar un supuesto control de la Justicia de parte de Leonel, presentar
unas riquezas materiales inexistentes a través de su supuesto testaferrato,
escandalizar a la opinión pública con acusaciones estrambóticas y chantajear a
la Suprema Corte para forzar juicio de fondo… Como tenía que pasar, el “plan A”
sucumbió por carecer de sustento legal… No se presentaron pruebas y se puso de
manifiesto la persecución política porque esas acusaciones peregrinas habían
sido conocidas con anterioridad y prevaleció el principio universal de que a
nadie se le puede juzgar dos veces por el mismo cargo.
¡Y ahora… el plan
B!
Ahora entra en
escena el “plan B”…Es muy simple: casi lo mismo pero peor.
La meta es
evidenciar el “secuestro” de la Justicia de parte de Leonel y el Partido de la
Liberación Dominicana para “proteger la corrupción” y dotar de impunidad a los
funcionarios que han llegado a depredar el Estado.
Ahora lo hacen
contra Leonel, pero mañana harán lo mismo contra Danilo Medina porque el fin es
minar la base de apoyo del PLD para sacarlo del poder sin importar quién sea el
abanderado de ese partido en las próximas elecciones…
Lo malo es que
los peledeistas-- ahítos de poder y de triunfos electorales--, no alcanzar a
dimensionar el tamaño de esta trama política de varias cabezas que buscan
converger el 15 de mayo del dieciséis... ¡… Allá ellos!
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