Por: Francisco Marte
En el país desde
hace uno años la mala práctica del periodismo se ha convertido en algo normal, donde los comunicadores se ven parcializados en sus opiniones y sus comentarios, siendo estos a favor o en contra de tal o cual
partido; estos comunicadores tienen una línea de a quien seguir y a quien
perseguir y eso les ha dado buenos resultado en términos económicos, aunque no así, en termino de credibilidad.
comunicadores que
tienes el poder de hacer opinión pública en sus espacios y que lo que critican
y defienden se puede medir, en la veracidad
de su opulencia y esta mala practica es el paradigma de muchos enganchados al periodismo
a nivel local, que ven en esta profesión como una manera rápida de conseguir dos o
tres pesos y matarse el hambre.
Bocinas o plumas
de alquiler, que hablan y escriben por una cantidad (X) de dinero sin criterio,
ni objetividad, haciendo mucha veces solamente mala relaciones publicas al mejor
postor; estos nuevos parásitos de la comunicación en santo domingo oeste, que
por un pica pollo o 500 pesos publican cualquier disparate, si analizar o
cuestionar lo que están publicando, difamando en ellos hasta su madre si les pagan...
Estos vocingleros
que se han hecho eco de un disparate; mandado a publicar en contra de mi
persona y del colega periodista Joel Suero, quienes hemos hecho una denuncia
responsable, en contra del fiscal, que ha violado la constitución y las leyes
del ministerio publico y que en varios articulo lo hemos demostrado, con pruebas suficientes. yo me pregunto, Como puede ser una campaña sucia? por Dios... Eso solo cabe en la mente de los más
tontos o en la prostitúyente cabeza de quien esta detrás de eso...
yo siempre tendré
mi postura de que en Santo Domingo Oeste, hay medios y medias por eso, siempre lo he manifestado, hay que ser diferente, para que te traten diferente, o juntos, pero revueltos...
En la ultima cena
dijo el señor Jesús les dijo a sus discípulos "uno de ustedes me
traicionara"; todos se miraran y cuestionaron, judas contestó y dijo:
acaso seré yo maestro, y Jesús dijo: si Era la víspera de la fiesta de la
Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de dejar este mundo para ir a
reunirse con el Padre. Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo,
y así los amó hasta el fin.
El diablo ya
había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar
a Jesús. Durante la cena, Jesús, sabiendo que había venido de Dios, que volvía
a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad, se levantó de la mesa, se
quitó la ropa exterior y se puso una toalla a la cintura. Luego vertió agua en una palangana y comenzó a
lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la
cintura.
Cuando iba a lavar los pies a Simón Pedro,
este le dijo:
–Señor, ¿vas tú a
lavarme los pies?
Jesús le
contestó:
–Ahora no entiendes
lo que estoy haciendo, pero más tarde lo entenderás.
Pedro dijo:
–¡Jamás permitiré
que me laves los pies!
Respondió Jesús:
–Si no te los
lavo no podrás ser de los míos.
Simón Pedro le
dijo:
–¡Entonces,
Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza!
Pero Jesús le
respondió:
–El que está
recién bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio.
Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.
Dijo: “No estáis
limpios todos”, porque sabía quién le iba a traicionar.
Después de
lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la ropa exterior, se sentó de nuevo a
la mesa y les dijo:
– ¿Entendéis lo
que os he hecho? Vosotros me llamáis
Maestro y Señor, y tenéis razón porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor,
os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros.
Os he dado un ejemplo para que vosotros hagáis lo mismo que yo os he hecho. Os
aseguro que ningún sirviente es más que su señor y ningún enviado es más que el
que lo envía. Dichosos vosotros, si
entendéis estas cosas y las ponéis en práctica.
“No me estoy
refiriendo a todos vosotros: yo sé a quiénes he escogido. Pero tiene que
cumplirse lo que dice la Escritura: ‘El que come conmigo se ha vuelto contra
mí. Os digo esto de antemano, para que, cuando suceda, creáis que yo soy. Os
aseguro que quien recibe al que yo envío me recibe a mí, y quien me recibe a mí
recibe al que me ha enviado.”
Habiendo dicho
estas cosas, Jesús, profundamente conmovido, añadió con toda claridad:
–Os aseguro que
uno de vosotros me va a traicionar.
Los discípulos
comenzaron a mirarse unos a otros, sin saber a quién se refería. Uno de sus
discípulos, al que Jesús quería mucho, estaba cenando junto a él, y Simón Pedro
le hizo señas para que le preguntara a quién se refería. Él, acercándose más a
Jesús, le preguntó:
–Señor, ¿quién
es?
–Voy a mojar un trozo de pan –le contestó
Jesús–, y a quien se lo dé, ese es.
En seguida mojó
un trozo de pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. Tan pronto como
Judas tomó el pan, Satanás entró en su corazón. Jesús le dijo:
–Lo que vas a
hacer, hazlo pronto.
Pero ninguno de
los que estaban cenando a la mesa entendió por qué se lo había dicho. Como
Judas era el encargado de la bolsa del dinero, algunos pensaron que Jesús le
decía que comprara algo para la fiesta o que diera algo a los pobres.
Judas tomó aquel
trozo de pan y salió en seguida.
Hay empleados que
como Judas, se sentaron en la mesa a comer con Francis y hoy comparten en sus Redes la difamación de una campaña sucia patrocinada por el Alcalde, en contra del fiscal del municipio; estos
empleados traicionan a Francis, no por 30 monedas, por 1,500 que les darán por
subir esa nota.
Si eso haces esto nuevos mercenarios de la comunicación,
que no harán por más dinero...?
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