Pro: María Teresa Morel, El Caribe.
Com
Un estudio
realizado entre los meses de mayo y julio de 2009, auspiciado por el Programa
Medioambiental Transfronterizo (PMT), confirmó la existencia de una cadena
simple pero efectiva para la producción, tránsito y mercadeo ilegal de carbón
desde República Dominicana hacia Haití.
En aquel momento,
la cadena estaba compuesta por 200 productores de carbón de procedencia
principalmente haitiana que producían mensualmente unos 37 mil sacos del
producto en las provincias Independencia y Bahoruco, con la asistencia de al
menos doce camioneros dominicanos.
La producción de
carbón en la región Enriquillo es motivada por la fuerza económica de la
demanda de Haití, específicamente por parte de miles de familias pobres de los
alrededores de Puerto Príncipe, que dependen de esta fuente energética para la
cocción de sus alimentos y que ante las escasas posibilidades de adquirir
sistemas eléctricos o de gas dependen de la compra diaria de pequeñas porciones
de carbón.
Según la
investigación ordenada por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos
Naturales, la venta de la producción se realiza a menos de cinco comerciantes
haitianos, quienes lo acumulan en el lado oeste del lago Azuei para luego ser
transportados y vendidos en Puerto Príncipe, por el triple de su precio.
Esta producción
equivale a 445,788 sacos anuales (27,300 toneladas) la cual es vendida a RD$200
(US$5.55) el saco, generando un mercado de RD$89.2 millones de pesos anuales
(US$2.5 millones).
De acuerdo con el
ingeniero Humberto Checo, autor del estudio, los productores primarios reciben
de este monto RD$44.6 millones (50% del total), los camioneros y “yoleros”
RD$22.3 millones (25%), los intermediarios locales RD$11.6 millones (13%) y
entre “propinas y dádivas” se reparten RD$10.7 millones anuales equivalente al
12% de las ventas.
Sostiene que para
alcanzar esta producción es necesario intervenir 33,728 tareas anuales (5,247
hectáreas) de bosque seco, lo que ha causado un deterioro severo a la base de
los recursos naturales de toda la región fronteriza, verificándose además, importantes
procesos de desertificación, pérdidas de biodiversidad, pobreza y corrupción.
Una demanda
insostenible
Según Checo, esta
situación se irá agravando a medida que aumente la población y disminuya la
cobertura forestal.
Señala que sólo
en el año 1999 el déficit fue de 4.2 millones de sacos y en el 2005 de 5.8
millones, “de lo que puede preverse que si no ocurren cambios favorables en
este proceso, para el año 2020 habrá una demanda tan alta que se haría
insostenible”.
19 comunidades
concentran la producción de carbón vegetal
La producción de
carbón vegetal en la región Enriquillo está concentrada en 19 comunidades de la
provincia Independencia y tres de la provincia Bahoruco.
Finalmente la
producción se reúne en Tierra Nueva, Boca de Cachón y Puerto Escondido desde
donde toman los caminos y vías que le llevan hacia Haití, a través del lago
Azuei.
Las zonas
identificadas de mayor intensidad en la producción de carbón en la provincia
Independencia son La Zanja, Arroyo Blanco, Los Salaítos, Najayo, El Charco
Salado, El Hoyo, El Chorrillo, Vuelta Grande, El Chupadero, Guzmán, El Limón,
El Higüero, El Chaco, La Estrechura, El Macal, La Descubierta, El Bahoruco,
Guayabal y Los Carraos.
Mientras que, en
la provincia Bahoruco fueron identificadas las zonas aledañas a Los Ríos,
Guayabal y Poster Río en las cuales la escasa producción toma caminos internos
y aislados para mezclarse con las comunidades de la provincia Independencia y
seguir su ruta hacia Haití.
Entre 25 y 40 mil
haitianos ilegales se establecen en la Región Enriquillo anualmente.
Checo estima que
anualmente inmigran a la región Enriquillo entre 25 y 40 mil haitianos
ilegales, los cuales se radican principalmente en los municipios Tamayo,
Jimaní, Neyba, Los Ríos, Duvergé, Cabral, Poster Río y Cristóbal, cuya mano de
obra sustenta la producción de carbón en la zona.
Señala que los
haitianos ilegales penetran a los bosques de la provincia donde permanecen
durante los períodos de producción, trasladándose luego a otros lugares para
reiniciar el proceso.
“Durante el
estudio fuimos testigo de esta realidad, encontrando varios hornos en su
iniciación, apagados y sacos llenos. Los haitianos huyeron al sentir nuestro
acercamiento, abandonando su trabajo, sus herramientas y sus demás cosas”,
según Checo.
La práctica de
aprovechamiento es de tala rasa sin importar diámetros ni especies. Los
diámetros aprovechados varían desde los dos a los 40 centímetros de las
especies guaconejo, candelón, quina, cambrón, aroma, palo de chivo y palo de
burro, entre otras.
Otro estudio
realizado por Checo en el año 1986, determinó que los obreros para alcanzar un
alto rendimiento hacen caso omiso a cualquier consideración ambiental y “no
respetan orillas de cañadas, estado de las montañas ni madurez del árbol” con
lo cual generan un impacto impresionantemente negativo, como ha sido nuevamente
ratificado en esta evaluación.
Indica que muy
pocos dominicanos están involucrados en la producción de carbón, con excepción
de Azua, donde se puede constatar una producción legal bajo los Planes de
Manejo que lleva a cabo la Federación de Productores y Productoras de
Bosque-Seco del Sur (Feprobosur).
80% del carbón
que consume Haití se produce en RD
Según el estudio,
el 86% del carbón consumido en Haití proviene de la República Dominicana y
alcanza las 22,170 toneladas por año (361,920 sacos).
El Reporte de
USAID-Haití de 2007, denominado `Environmental Vulnerability in Haiti. Findings
& Recommendations”, establece que las facilidades que ofrece la migración
transfronteriza entre la República Dominicana y Haití, facilita la producción
de carbón en el lado dominicano, y la estima en 50,000 toneladas anuales (816
mil sacos).
Dicho reporte
contiene una imagen satelital que muestra el efecto de esta práctica sobre la
cobertura forestal en la parte dominicana, la cual ha sido tan severa que
delinea la división fronteriza domínico-haitiana.
Checo advierte
que la falta de legalidad de este proceso también genera impactos sociales
negativos debido a la poca transparencia, contrabando, sobornos, acosos, miedo
y toda forma de corrupción.
Entre las
recomendaciones que se plantean en su investigación figuran desarrollar con el
apoyo de la cooperación internacional proyectos progresivos de sustitución del
uso de carbón en la población haitiana y dominicana, con fines de “descompresionar”
gradualmente la dependencia del carbón como fuente de energía y desarrollar
plantaciones forestales con fines energéticos a ambos lados de la frontera,
para hacer frente a la gran demanda de carbón que se avecina.
Producción de
carbón causa serios daños a RD
Entre los
principales impactos verificados durante la intervención de este estudio se
pueden indicar la eliminación total de especies arbórea y hábitat para la
fauna; eliminación de fuentes semilleras y regeneración natural; deterioro a
los suelos mediante la carbonización y arrastres; erosión y cárcavas
frecuentes.
http://www.elcaribe.com.do/2015/02/16/industria-carbon-destruye-frontera#sthash.a29jZH10.dpuf
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